El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles (29.01.2025) su intención de convertir la prisión militar de Guantánamo, tradicionalmente utilizada para detener a presuntos terroristas, en un centro de detención para hasta 30,000 migrantes en situación irregular. En una declaración sorpresiva, Trump afirmó que firmará un decreto para ordenar a los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior que preparen las instalaciones con este fin.
«Firmaré hoy un decreto ordenando a los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior que comiencen a preparar las instalaciones para 30,000 migrantes en la bahía de Guantánamo», declaró el mandatario. Trump describió a estos migrantes como «criminales» en situación irregular y argumentó que algunos de ellos son «tan peligrosos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan, porque no queremos que regresen».
El presidente aseguró que esta medida «duplicaría nuestra capacidad de inmediato» para detener a migrantes y calificó a Guantánamo como un «lugar del que es difícil salir». Esta iniciativa se enmarca en su discurso de campaña, en el que ha denunciado repetidamente una supuesta «invasión» de migrantes, a quienes acusa de «envenenar la sangre» de Estados Unidos y de contribuir a un aumento de la criminalidad, afirmaciones que no han sido respaldadas por estadísticas oficiales.
Guantánamo: un legado controvertido
La prisión de la bahía de Guantánamo, ubicada en una base militar estadounidense en Cuba, fue inaugurada en 2002 como parte de la «guerra contra el terrorismo» impulsada por el expresidente George W. Bush tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. A lo largo de los años, ha albergado a cientos de prisioneros, incluidos presuntos miembros de Al Qaida, y ha sido objeto de críticas internacionales por sus condiciones extremas de detención y el uso de técnicas de interrogatorio consideradas como tortura.
A pesar de las promesas de los expresidentes demócratas Barack Obama y Joe Biden de cerrar la instalación, Guantánamo sigue operativa. En septiembre de 2024, el *New York Times* reveló documentos gubernamentales que muestran que la base también ha sido utilizada durante décadas para detener a migrantes interceptados en el mar. Según el periódico, los migrantes y los presos acusados de terrorismo están separados en áreas distintas, aunque organizaciones de derechos humanos han denunciado el trato inhumano hacia los migrantes, incluyendo vigilancia durante llamadas a abogados, condiciones sanitarias deplorables y la presencia de plagas como ratas.
Críticas y preocupaciones
La propuesta de Trump ha generado una ola de críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos y líderes políticos, quienes consideran que esta medida agravaría las ya precarias condiciones de los migrantes y violaría estándares internacionales de derechos humanos. «Utilizar Guantánamo para detener a migrantes es una decisión deshumanizante y contraria a los valores que Estados Unidos dice defender», afirmó un portavoz de Amnistía Internacional.
Además, expertos legales han cuestionado la viabilidad de la propuesta, señalando que la base de Guantánamo opera en un limbo jurídico debido a su ubicación en territorio cubano bajo control estadounidense, lo que complica la aplicación de leyes migratorias y de derechos humanos.
Mientras Trump defiende su plan como una solución para abordar la migración irregular, la polémica medida promete reavivar el debate sobre el uso de Guantánamo y el tratamiento de los migrantes en Estados Unidos, un tema que sigue dividiendo a la opinión pública y a la clase política.
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