A medida que se acerca la segunda vuelta electoral en Ecuador, un grupo de organizaciones políticas y sociales impulsa el voto nulo como una alternativa de protesta frente a las candidaturas de Daniel Noboa (Acción Democrática Nacional, ADN, lista 7) y Luisa González (Revolución Ciudadana-RETO, listas 5-33).
En la primera vuelta del 9 de febrero, el voto nulo alcanzó el 6,8 %, ubicándose en tercer lugar, por encima de figuras como Leonidas Iza (Pachakutik), quien apenas superó el 5 %, y otros candidatos que no lograron el 1 %.
Coordinadora de Organizaciones Sociales por el Voto Nulo
Diferentes colectivos han conformado la Coordinadora de Organizaciones Sociales por el Voto Nulo, entre ellos:
Unión General de Trabajadores del Ecuador (UGTE)
Movimiento Unidad Popular (UP)
Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE)
José Villavicencio, representante de la UGTE, señaló que su organización resolvió apoyar el voto nulo tras un encuentro nacional en el que concluyeron que ninguno de los finalistas representa las aspiraciones del pueblo.
«González simboliza el pasado correísta que vulneró derechos laborales, mientras que Noboa no ha impulsado inversión social y ha permitido que las políticas del correísmo sigan vigentes», argumentó Villavicencio.
Desde la Unidad Popular, el discurso es similar. Consideran que ambos candidatos son parte de los gobiernos responsables de la crisis actual y que sus proyectos políticos han profundizado el extractivismo, debilitado el patrimonio nacional y vulnerado derechos ciudadanos.
Por su parte, la FESE justifica su postura en la falta de compromiso con la educación. Según el colectivo, el correísmo implementó el examen de ingreso universitario y persiguió a gremios como la UNE, mientras que Noboa, a quien califican como un gobierno de derecha con tintes autoritarios, recortó el presupuesto para la educación superior y no cumplió su promesa del libre acceso a las universidades.
Análisis político: razones y alcances del voto nulo
El politólogo Alfredo Espinosa sostiene que el voto nulo tiene dos motivaciones principales:
Ideológicas: Muchas organizaciones han sido oposición tanto del correísmo como de Noboa.
Rechazo al sistema político: Un sector del electorado se siente desencantado con los partidos y lo expresa anulando su voto.
Espinosa considera que el debate presidencial de segunda vuelta avivó la discusión sobre el voto nulo, ya que, en lugar de responder inquietudes ciudadanas, los candidatos protagonizaron ataques mutuos, lo que generó mayor descontento.
Por su parte, la analista Karina Granja atribuye el voto nulo al rechazo de los ecuatorianos—sobre todo los jóvenes—al manejo del país, las instituciones y los partidos políticos. Añade que muchos electores no se identifican con la dicotomía entre correísmo y anticorreísmo, lo que los lleva a rechazar ambas opciones.
«El voto nulo podría tener una alta incidencia en esta segunda vuelta, aunque también es posible que algunos electores que lo ejercieron en primera vuelta ahora opten por elegir a un candidato», explicó Granja.
Para captar estos votos, señala la analista, los candidatos deben intensificar su presencia en territorio y diseñar estrategias comunicacionales personalizadas, especialmente en redes sociales.
En contraste, el experto Francisco Crespo considera que el voto nulo no crecerá significativamente más allá de sus promedios históricos, debido a la fuerte polarización electoral. Según su análisis, en la segunda vuelta suele prevalecer la elección del “menos malo”, lo que podría reducir la intención de anular el sufragio.
«El voto nulo es un síntoma de agotamiento democrático. Quienes lo impulsan rechazan a los candidatos y cuestionan la calidad de la democracia y del sistema político en general», sostiene Crespo.
Respecto al debate, el analista destaca que, en general, estos espacios no alteran drásticamente la intención del voto nulo, ya que la mayoría de ciudadanos ya tiene definida su postura. Para reducir este porcentaje, los candidatos deben modificar radicalmente su estrategia de campaña, alejándose del populismo y presentando propuestas concretas con compromisos reales.
Un voto de protesta en un escenario incierto
A medida que se acerca la jornada electoral del 13 de abril, el voto nulo se consolida como un acto de rechazo al actual panorama político. Mientras algunos especialistas creen que este porcentaje se mantendrá estable, otros advierten que los candidatos aún tienen margen para conquistar a quienes no se sienten representados.
En una elección marcada por la polarización y el desencanto ciudadano, el voto nulo podría convertirse en un factor clave para medir el nivel de insatisfacción con la oferta política ecuatoriana.
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