Ecuador alcanzó un nuevo récord histórico de consumo eléctrico el pasado 7 de mayo, al registrar una demanda de 5.110 megavatios (MW) a las 20:00, según datos del Operador Nacional de Electricidad (CENACE). Esta cifra representa un incremento del 5 % con respecto al promedio de mayo de 2024 y marca un hito en el consumo nacional, cubierto casi en su totalidad con energía hidroeléctrica.
Aunque el sistema eléctrico logró abastecer la demanda gracias a la producción interna, el 90 % de esa electricidad provino de fuentes hídricas, lo que enciende las alarmas de cara al próximo estiaje, previsto entre octubre de 2025 y marzo de 2026. Expertos advierten que, si se repiten las condiciones climáticas extremas del año pasado, el país podría enfrentar nuevamente cortes de luz prolongados y un déficit energético superior a los 2.000 MW.
Un estiaje más severo podría provocar apagones
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), las precipitaciones empezarán a disminuir progresivamente a partir de la segunda mitad de mayo, con un período seco más acentuado hacia el último trimestre del año.
Ricardo Buitrón, consultor en temas eléctricos, señaló que, si la demanda sigue creciendo, podría alcanzar los 5.300 MW hacia fin de año. En un escenario de estiaje severo, el déficit energético podría escalar hasta los 2.300 MW, una cifra que, advierte, no podría ser cubierta ni con las barcazas, ni con la importación desde Colombia ni con el parque térmico actual.
Avances energéticos bajo el Gobierno de Noboa
Ante el riesgo de una nueva crisis energética, el gobierno del presidente Daniel Noboa ha intensificado esfuerzos para reforzar la capacidad de generación del país. Algunas de las principales acciones incluyen:
1. Hidroeléctrica Toachi-Pilatón (254,4 MW)
Después de más de una década de retrasos, la central fue recuperada y puesta en operación en abril de 2025. Representa un hito en la reactivación de infraestructura pública inactiva.
2. Arrendamiento de barcazas generadoras (300 MW)
El Ejecutivo contrató tres buques generadores:
- Emre Bey: 18 meses de operación desde septiembre de 2024.
- Murat Bey: contrato de 6 meses, operativo desde diciembre de 2024.
- Erin Sultán: alquilada por 15 meses, comenzó a operar en febrero de 2025.
3. Nuevas plantas térmicas (291 MW)
Las centrales Quevedo II, El Salitral y Esmeraldas III están en fase de implementación. Esta última ya superó los daños por el sismo del 25 de abril y aportará 91 MW al sistema entre finales de mayo e inicios de junio.
La ministra de Energía, Inés Manzano, ha liderado la supervisión de estos proyectos. Se espera que El Salitral (100 MW) y Quevedo III (50 MW) empiecen a operar a fines de agosto.
4. Uso del campo de gas Amistad y reactivación de Termogas Machala
El Gobierno también busca aumentar la producción nacional de gas y considera la importación para abastecer la planta de Machala, hoy limitada por falta de insumo. Una solución estructural, sin embargo, podría tardar hasta tres años.
Costo de las soluciones temporales
Si bien las medidas adoptadas han evitado apagones masivos hasta ahora, el experto Jorge Luis Hidalgo advierte que se trata de soluciones costosas y transitorias.
- El país ha pagado aproximadamente USD 650 millones por energía importada desde Colombia.
- El arrendamiento de las barcazas ha costado alrededor de USD 300 millones.
- La generación térmica con diésel también implica un gasto significativo, tanto económico como ambiental.
“El país debe salir del ciclo de emergencia y avanzar hacia una soberanía energética, con inversiones sostenidas en generación propia, eficiente y renovable”, enfatizó Hidalgo.
El precedente de 2024: la peor sequía en seis décadas
Durante el estiaje de 2024, considerado el más severo en más de 60 años, los racionamientos eléctricos se extendieron hasta por 14 horas diarias, generando pérdidas económicas superiores a USD 1.916 millones, según el Banco Central del Ecuador.
La alta dependencia de la energía hidroeléctrica, sumada a una débil infraestructura de respaldo, pone nuevamente al país en una situación de riesgo.
Conclusión
Aunque el Gobierno ha dado pasos significativos para evitar una nueva crisis energética, los desafíos estructurales persisten. Ecuador necesita pasar de soluciones de emergencia a una planificación energética a largo plazo que garantice estabilidad, sostenibilidad y resiliencia frente a los cambios climáticos cada vez más extremos.
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