La edición 2025 de los American Music Awards comenzó con fuerza, y no precisamente por los premios. Jennifer López, ícono del pop y del espectáculo global, fue la encargada de abrir la ceremonia el pasado lunes por la noche, en una actuación que ha generado tanto ovaciones como controversia.
A sus 55 años, “la diva del Bronx” subió al escenario con la energía que la caracteriza e interpretó su tema “Lose Control”. Pero lo que verdaderamente encendió las redes sociales fue el momento en el que besó a dos de sus bailarines, un gesto que muchos no tardaron en comparar con la icónica —y también polémica— presentación de Madonna, Britney Spears y Christina Aguilera en los MTV Video Music Awards de 2003.
El tributo, intencionado o no, no fue recibido con unanimidad. Mientras algunos celebraron su audacia y la potencia visual del show, otros la criticaron duramente, acusándola de recurrir a fórmulas ya vistas para captar atención.
«Siempre haciendo el ridículo, no puedo», escribió un usuario en redes. Otros comentarios señalaron: «Ella hizo esto hace como 10 años, ¿los AMAs son reciclados o algo por el estilo?», o «¿Los mismos viejos movimientos de baile, tratando de mantenerse relevante besando a un chico y a una chica?». Incluso entre sus seguidores, hubo reacciones mixtas: «Me gusta JLo, pero los besos y agarrar la entrepierna son un no para mí. Arruinó la actuación».
Con una trayectoria de más de tres décadas, López ha sabido mantenerse como figura clave en la industria del entretenimiento. Sin embargo, este último performance vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los límites entre provocación artística y repetición innecesaria.
¿Innovación o reciclaje? La apertura de los AMAs 2025, sin duda, no pasó desapercibida.
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