A tan solo 11 kilómetros de Cuenca, la parroquia de Paccha se despliega en todo su encanto entre las montañas, los aromas de leña y los saberes ancestrales que han perdurado a lo largo de los siglos. Fundada hace 443 años, esta localidad guarda en sus caminos rurales una propuesta turística que fusiona aventura, gastronomía y tradición, ofreciendo a los visitantes una experiencia única.
La Aventura del Cerro Guagualzhumi
El recorrido turístico comienza con una caminata hacia el cerro Guagualzhumi, cuyo nombre en quichua significa «cumbre del monte de varones gemelos». El acceso en vehículo hasta sus faldas es posible, y desde allí comienza el ascenso a pie. Este trayecto, de aproximadamente una hora, presenta una dificultad media, por lo que no es apto para niños pequeños o personas sin experiencia en caminatas de montaña.
A lo largo del sendero, los caminantes deben tener cuidado con algunas piedras sueltas, pero la recompensa es impresionante. Desde los primeros tramos, las vistas panorámicas de la ciudad de Cuenca y de Paccha, rodeadas por los cerros Curitaqui, Pachamama y Cojitambo, son realmente impresionantes. Además, la fauna local, que incluye colibríes, aves andinas y flores como el aguarongo, ofrece un espectáculo natural inigualable.
Los más intrépidos pueden continuar el ascenso hasta la planicie en la cima, un lugar considerado sagrado y utilizado, según la tradición oral, para antiguos rituales andinos. Desde allí, la ciudad se observa como una maqueta, rodeada por montañas y cielo, con una energía silenciosa que parece transportar a los visitantes a tiempos remotos.
Gastronomía de Paccha: Sabores Ancestrales y Tradición
Tras la caminata, la gastronomía local ofrece un merecido descanso. En el sector de La Dolorosa, el restaurante La Minga, dirigido por Elizabeth Calle, invita a probar su pan tradicional, horneado en hornos de leña. Este pan, en variedades de queso y dulce, se sirve caliente y se acompaña de café, morochos, chocolate o jugos naturales. Cada pieza tiene un costo de 50 centavos.
Los fines de semana y miércoles, La Minga ofrece también pizza artesanal, elaborada en horno de leña, en un tamaño único de ocho porciones, con una mezcla de sabores como pepperoni, jamón y queso, a un precio de 15 dólares. Además, el restaurante prepara platos fuertes como asados, caldo de gallina y costillas, en un horario de atención que va de 07:00 a 21:00 (domingo hasta las 19:00).
‘Hannan’: El Taller de Chocolate de Paccha
La ruta continúa en el barrio La Playa, donde se encuentra Hannan, el taller de chocolate de Wilson Lema. En este lugar, el cacao no es solo una delicia, sino el punto de partida para una charla sobre plantas medicinales, sabores andinos y el conocimiento ancestral que nutre a la comunidad.
Wilson Lema elabora chocolates con un 70% de cacao, combinados con ingredientes autóctonos como arándanos, mortiño, gullán y siglalón. Este último, según explica, es una planta que equilibra el pH, combate el helicobacter pylori y posee propiedades antiinflamatorias. Además de bombones y barras de chocolate, en Hannan se pueden encontrar productos innovadores como las gotas de pulpa de café caramelizada.
Hannan ofrece dos tipos de experiencias para los visitantes: la sensorial y familiar, centrada en degustaciones y la exploración de sabores, y la educativa, que profundiza en las propiedades medicinales de las plantas andinas. Los precios de las catas varían entre 3 y 15 dólares por persona, dependiendo de la experiencia seleccionada.
Wilson también está explorando la producción local de café en Paccha, con siete plantas en proceso de adaptación, y se puede hacer una reserva para visitar Hannan al 096 8684 768 o a través de su Instagram: @hannan.chocolate.
Paccha: Un Tesoro de Sabores y Paisajes por Descubrir
Con 443 años de historia, Paccha sigue siendo un destino lleno de encanto. La caminata por el cerro Guagualzhumi, la rica gastronomía en La Minga y el innovador taller de chocolate Hannan hacen de esta parroquia un lugar único para quienes buscan sumergirse en la cultura, la naturaleza y la tradición andina.
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