Charlize Theron no se mordió la lengua durante su aparición en el Block Party anual del Charlize Theron Africa Outreach Project (CTAOP), celebrado el pasado sábado 28 de junio en los estudios Universal de Los Ángeles. Entre risas, sarcasmo y un tono que osciló entre el humor ácido y la denuncia social, la actriz sudafricana convirtió su intervención en un discurso tan entretenido como contundente.
Desde el escenario, la ganadora del Oscar aprovechó la ocasión para lanzar una irónica crítica a la reciente y ostentosa boda del magnate Jeff Bezos y la periodista Lauren Sánchez, celebrada en Venecia, Italia. Un evento millonario que reunió a figuras de alto perfil como Kim Kardashian, Leonardo DiCaprio, Oprah Winfrey, Orlando Bloom, Tom Brady e Ivanka Trump.
“Creo que somos las únicas personas que no fuimos invitadas a la boda de Bezos”, bromeó Theron, con evidente sarcasmo. Y, tras una breve pausa, remató: “Pero está bien, porque ellos apestan y nosotros somos geniales”, según recogió The Hollywood Reporter.
Aunque sus palabras parecían revestidas de humor, el mensaje subyacente no pasó desapercibido: una crítica directa al exceso, la exclusividad y la desconexión de este tipo de celebraciones con las realidades sociales que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Theron, de 49 años, no se quedó en los chistes. En la segunda parte de su discurso, adoptó un tono mucho más serio y comprometido, agradeciendo la presencia de los asistentes y llamando la atención sobre los retos globales que enfrenta la humanidad.
“Gracias por tomarse el tiempo para ser parte de esto, especialmente cuando el mundo parece estar ardiendo… porque lo está”, expresó. Y agregó con firmeza:
“Estamos retrocediendo a gran velocidad. Las políticas migratorias han destruido la vida de familias —no de criminales—; los derechos de las mujeres se están reduciendo cada día más; las vidas queer y trans están siendo cada vez más borradas; y la violencia de género está en aumento. Esto no es solo política, es personal”.
Las palabras de la actriz fueron recibidas con aplausos entusiastas por parte del público, a lo que respondió con un provocador y enérgico: “Sí, que se jodan”.
La otra cara de una boda de 50 millones
Mientras Theron alzaba la voz en Los Ángeles, del otro lado del Atlántico, la boda de Bezos y Sánchez se convertía en tendencia global. El evento, que duró tres días, incluyó una fiesta temática de pijamas, una ceremonia en la isla de San Giorgio Maggiore y actuaciones privadas de artistas como Matteo Bocelli y Ellie Goulding.
Sin embargo, no todos celebraban. En Venecia, activistas de Greenpeace desplegaron una pancarta gigante en la Plaza de San Marcos con la imagen de Bezos y el mensaje: “Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos”.
A través de sus redes sociales, la organización ambientalista acusó al fundador de Amazon de “pagar salarios de pobreza” y “evadir impuestos”, cuestionando el nivel de ostentación de la ceremonia frente a una ciudad que enfrenta severos desafíos ecológicos y sociales.
Aunque trascendió que Bezos y Sánchez realizaron donaciones discretas a organizaciones locales y pidieron a sus invitados hacer aportes en lugar de regalos, las críticas sobre la magnitud y el simbolismo del evento no cesaron.
En contraste, Theron dejó claro desde el escenario de su evento benéfico que, para ella, el lujo no debe ser la norma cuando el mundo clama por justicia, equidad y acción urgente. Una noche que, más allá de la recaudación de fondos, se convirtió en una poderosa plataforma de denuncia y reflexión.
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