Una intensa movilización policiaca se registró la mañana de este lunes 1 de julio en la colonia San Juan de Aragón, alcaldía Gustavo A. Madero, luego de que un hombre armado ingresara al área comunitaria de una iglesia, donde tomó como rehenes a dos personas. El hecho, presuntamente motivado por un conflicto laboral, concluyó tras dos horas de tensión con el abatimiento del agresor, según informó la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Crisis y operativo de alto riesgo
De acuerdo con los primeros reportes, el sujeto —al parecer un exempleado de un gimnasio que funcionaba en el mismo inmueble— irrumpió en el recinto cerca de las 10:00 de la mañana y amenazó con un arma de fuego a un sacerdote y su secretario, exigiendo explicaciones por su despido ocurrido hace tres años.
La Policía de Investigación acudió de inmediato al lugar, ubicado en avenida 606, y entabló diálogo con el agresor, mientras elementos de la Fuerza de Tarea Zorros y la Unidad Metropolitana de Operaciones Especiales (UMOE) cercaban la zona como medida preventiva. Personal del centro comunitario fue evacuado, y se solicitó apoyo médico ante el riesgo de un desenlace violento.
Intercambio de disparos y desenlace fatal
Pasadas las 11:00 horas, se escucharon detonaciones dentro del inmueble, lo que marcó el inicio de un enfrentamiento armado. Paramédicos ingresaron con camillas y salieron minutos después con una persona herida, aunque no se ha confirmado si las manchas de sangre respondían a impactos directos o a transferencia durante la atención médica.
La SSC confirmó que el agresor fue abatido tras el intercambio de disparos, en el que también resultó herido un elemento de las fuerzas de seguridad. En total, se reportaron dos personas lesionadas y el fallecimiento del atacante.
Estado de los rehenes y recomendaciones
Hasta el cierre de esta edición, no se ha proporcionado información oficial sobre el estado de salud del sacerdote y su secretario, quienes fueron las principales víctimas del secuestro. La SSC recomienda a la ciudadanía extremar precauciones, especialmente en zonas donde existan antecedentes de violencia o conflictos laborales no resueltos.
Este hecho reaviva la preocupación por la seguridad en espacios comunitarios y de culto, y plantea interrogantes sobre la atención a personas en situaciones de crisis emocional y social. Las autoridades continúan con la investigación para esclarecer el trasfondo del incidente.
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