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Descubre los secretos del barrio Todos Santos en Cuenca

En pleno corazón del tradicional barrio Todos Santos, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Cuenca, se alza un histórico horno de leña que, a pesar de su antigüedad, sigue siendo testigo de la rica tradición panadera de la región. Este coloso de ladrillo blanco, construido hace más de dos siglos, conserva su estructura original, una obra de arte de la arquitectura y la gastronomía local.

El horno más antiguo registrado en Cuenca se encuentra dentro de una panadería que ha sido transformada para mantener viva la tradición que, durante décadas, sirvió como el corazón de la comunidad. Las puertas de madera y los vitrales que adornan el local preservan imágenes de las religiosas de la congregación de las Madres Oblatas, quienes utilizaron este horno para abastecer de pan a las familias cuencanas en tiempos pasados.

A partir de diciembre del año anterior, una joven pareja decidió asumir el desafío de continuar con este legado centenario. Su emprendimiento, conocido como Santo Pan, rescató no solo las recetas ancestrales, sino también el alma de la panadería que en su día dio sustento a generaciones de cuencanos. Al horno que da vida a sus creaciones lo bautizaron como «Horno Madre de la ciudad de Cuenca», un reconocimiento al papel central que este artefacto ha jugado en la historia de la ciudad.

A pesar de mantener las recetas tradicionales, los nuevos dueños han mejorado algunos de los procesos de elaboración, ofreciendo una variedad más amplia de panes y dulces artesanales. Entre sus primeras creaciones, destaca la famosa Rodilla de Cristo, además de los mestizos, costras y otras delicias locales. David Pesántez, uno de los propietarios, se siente profundamente honrado de ser parte de esta rica tradición panadera que es un verdadero patrimonio de Todos Santos.

Pero el barrio no solo es conocido por su pan, sino también por la conservación de sus casas patrimoniales, muchas de las cuales aún guardan hornos de leña. La familia Tenemea, con casi 90 años de historia, es un ejemplo vivo de esta tradición. La panadería Tenemea, que abre sus puertas desde temprano, es un referente en la zona, ofreciendo una variedad de panes que atraen tanto a locales como a turistas.

Juan Carlos Tenemea, el actual responsable del negocio y representante de la tercera generación familiar, recuerda que su padre aprendió los secretos del pan artesanal de Mercedes Vélez, una figura icónica de la panadería cuencana. Juan Carlos cuida su horno de leña con una dedicación casi reverencial, reconociendo que es un miembro más de su familia. Siempre limpio, brillante y listo para continuar produciendo pan artesanal de calidad, su horno es la clave para mantener viva la tradición del pan de Cuenca.

En el mismo barrio se encuentra una casa esquinera en Mariano Cueva y Juan Jaramillo, que alberga cuatro hornos de leña. Estos no solo se usan para hornear pan, sino también para cocinar platos tradicionales como chanchos, pavos, pollos y cuyes, los cuales luego son enviados a los migrantes cuencanos en los Estados Unidos. Alejo Arias, presidente del barrio, lamenta que muchos ciudadanos no conozcan este tesoro arquitectónico, y destaca que las autoridades locales deberían promocionarlo como una joya cultural e histórica de Cuenca y su provincia.

Pero la vida en Todos Santos no se limita a la tradición culinaria. Este barrio también se ha convertido en un importante centro cultural y de vida nocturna. Con talleres artesanales, museos, bares y restaurantes temáticos, la oferta cultural es tan variada como vibrante. Julio Machado, orfebre de renombre, y sus hijos Carlos y Julián han hecho de este barrio su hogar y lugar de trabajo. Julio, inspirado por la naturaleza, crea figuras de colibríes y mariposas, con la ambición de adornar espacios públicos de la ciudad con esculturas monumentales. Por su parte, sus hijos se dedican a la creación de joyas y tatuajes con un estilo gótico que atrae a jóvenes y turistas por igual.

Un punto destacado del barrio es el Museo de las Culturas Aborígenes, que alberga miles de piezas arqueológicas, monedas y reliquias de gran valor histórico. Fundado hace más de tres décadas, el museo es uno de los principales atractivos de la zona y un verdadero reflejo del pasado ancestral de Cuenca.

La vida nocturna de Todos Santos, por su parte, se ha revitalizado en los últimos años con la apertura de nuevos bares y restaurantes, convirtiendo al barrio en un destino de encuentro tanto para locales como para turistas en busca de experiencias únicas.

Detalles:

  • En el barrio Todos Santos existen al menos 5 panaderías que aún utilizan hornos de leña para elaborar sus productos.
  • La iglesia de Todos Santos, con su impresionante panorámica del valle, es otro de los grandes atractivos del lugar.
  • Las casas patrimoniales del barrio conservan jardines interiores y tejados con cruces, símbolos de la fe que han marcado la identidad del lugar a lo largo de los siglos.

Así, Todos Santos continúa siendo un vibrante crisol de tradición, cultura y vida nocturna, donde el pasado y el presente se entrelazan para ofrecer una experiencia única tanto para los habitantes de Cuenca como para los visitantes.

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