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Uniarte cumple 10 años defendiendo los derechos de artistas y autores audiovisuales en Ecuador

Ecuador cuenta con una sola sociedad autorizada para proteger los derechos patrimoniales de artistas y autores audiovisuales, y esta acaba de celebrar una década de trayectoria. Se trata de Uniarte, una organización que desde 2015 ha trabajado para que los creadores del cine, la televisión, el streaming y otras producciones audiovisuales puedan ejercer su derecho a una remuneración justa y acceder a beneficios sociales y laborales.

“Que un actor o una actriz pueda decir ‘yo vivo de esto’, ese es nuestro mayor logro”, afirma Ana Carolina Andrade, directora de Uniarte. Para ella, el camino ha sido largo y lleno de desafíos, pero también de conquistas fundamentales para el sector.

Un encuentro que encendió la chispa

Uniarte nació de una conversación casual entre los actores Diego Mignone y Marisol Romero, quienes, pese a conocerse profesionalmente, coincidieron por primera vez y compartieron sus experiencias trabajando en el extranjero. Esa conversación reveló la falta de estructuras en Ecuador para garantizar los derechos de los artistas audiovisuales. Poco después, en 2015, con la aprobación del Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos y la Innovación (Código Ingenios), Uniarte se consolidó legalmente.

Recaudación, derechos y servicios sociales

En estos diez años, la entidad ha gestionado el cobro de regalías a cableoperadoras, televisoras y plataformas de streaming, tanto nacionales como internacionales. Aunque la resistencia de algunas empresas persiste —“tratan de buscar vacíos legales para no pagar”, admite Andrade—, el avance ha sido significativo.

Además, Uniarte ofrece a sus socios programas de bienestar social, que incluyen cobertura para maternidad, paternidad, enfermedades, accidentes, desempleo, servicios exequiales, asesoría legal y capacitaciones técnicas. Entre los talleres que imparten figuran temas como manejo de cámara, actuación, animación y contratos audiovisuales.

“No es un favor lo que hacen las empresas al pagar regalías. Es una obligación legal y también moral”, subraya Andrade.

Cambiar la cultura

Para Andrade, el principal reto en Ecuador no es solo legal, sino cultural: crear una verdadera conciencia sobre la necesidad de respetar los derechos de quienes dan vida a las producciones audiovisuales.

“Sí tenemos leyes, pero falta implementación y sobre todo una cultura de respeto a los derechos del creador. Si no se reconocen sus derechos aquí, nuestros actores seguirán yéndose a otros países en busca de condiciones más dignas”.

Actualmente, Uniarte cuenta con 276 socios, entre actores, actrices, directores, guionistas, animadores y actores de doblaje. Cualquier profesional del sector puede afiliarse ingresando a la página oficial www.uniarte-ec.org, completando una ficha con su experiencia y el historial de obras emitidas sin recibir regalías. La inscripción tiene un costo simbólico: $12 por única vez, y $1 adicional para obtener el carné de socio.

Alianzas con propósito

Uniarte también ha impulsado convenios estratégicos que benefician a sus afiliados con acceso a servicios médicos, mantenimiento de vehículos, compra de vestuario profesional, entre otros apoyos.

“Somos una fundación sin fines de lucro y nuestro compromiso es con la dignidad laboral de los creadores. Queremos que cada artista sepa que no está solo en esta lucha”, concluye Andrade.

Con una década de recorrido, Uniarte se consolida como una pieza clave para la profesionalización y sostenibilidad de la industria audiovisual ecuatoriana. Su apuesta es clara: que el talento ecuatoriano pueda crecer, producir y vivir de su arte, sin tener que migrar en busca de oportunidades que el país aún les debe.

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